Antes de llegar a convertirse en el tercer cultivo más importante en el mundo y de ser ingrediente irreemplazable en la cocina de europeos, asiáticos y americanos, la papa, a lo largo de cientos de años, tuvo que adaptarse a diferentes tierras, resistir los embates del clima, viajar larguísimas distancias e imponerse sobre los prejuicios y la ignorancia.
Al final de esta odisea este noble tubérculo, por su contenido nutricional, su sabor y su fortaleza supo ganarse su lugar en las mesas del mundo. Sin embargo, pocos son conscientes de su recorrido de 8.000 años y la importancia que reviste hoy.
A esto quiere poner remedio el Año Internacional de la Papa y, en particular, una muestra itinerante titulada "La odisea de la papa", que está recorriendo Europa. Un reconocimiento a los antiguos pobladores del Perú que gracias a su ingenio y perseverancia le regalaron un invalorable tesoro al mundo.
La exposición está en Irlanda, en Wexford, un balneario a dos horas de autopista de Dublín.
La exhibición ilustra la domesticación y evolución de la papa, su importancia en las culturas precolombinas, su llegada y diseminación en Europa y el resto del mundo y el valor del legado de sus primeros cultivadores, echando mano de paneles informativos, maniquíes de tamaño natural, piezas de cerámica y dibujos y fotografías.
La muestra, concebida y montada por el Centro Internacional de la Papa (CIP), pasó ya por Suiza, Suecia, Bélgica, Reino Unido y después de Irlanda se trasladará a Holanda, España, Francia e Italia.
Existen 5 mil variedades del tubérculo
Para subrayar la importancia del tubérculo andino y gracias a una iniciativa peruana, el 2008 fue declarado por la ONU el Año Internacional de la Papa.
Según cifras de la FAO del 2005:
En Europa cada persona consumió un promedio de 96 kilos de papas al año.
- En Asia, 26
- En América Latina 24
- En África cada individuo solo consumió 14 kilos del tubérculo al año.
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